Ella había escrito: INTERESES DEVENGADOS A PAGAR $ 40, cuando el cuarenta empezó a moverse hasta que desapareció hundiéndose en profundidades de hoja blanca. “Igual que el pez dorado de Caty cuando busca el fondo de la pecera” exclamó atónita.
Esa fue la primera desaparición pero después vinieron las otras y ella y Caty y los demás vieron cómo los números abandonaban sus puestos, algunos llevándose con ellos las cosas que representaban: ciertos documentos de uso comercial, algunas cédulas de identidad y varios edificios de departamentos se perdieron para siempre. Hubo cifras imposibles de ser representadas, o de recordar. Y hubo muertos, gente a las que les estallaba el corazón intentando decir la fecha de su cumpleaños. Ella se quedó sin amigos, sufrió una crisis y tuvieron que internarla.
Hoy le han dado de alta.
Y está decidida, quiere distraerse si es posible, olvidar.
Toma a Caty de la mano. “
—Vamos a la plaza —dice.
La hamaca favorita de Caty está ocupada. Hay un nueve allí, sobre la tabla. El nueve se flexiona e impulsa la hamaca que va y viene suavemente. Ella se agacha, cubre a la nena con sus brazos.
—Están de regreso —murmura.
y podrán poner orden a todo?
ResponderEliminarHERMOSO MICRO PATRICIA!!!!
Abrazos admirados
Me parece que estos números están para imponer un nuevo orden, amiga: uno que no nos conviene...
EliminarRetribuyo tu abrazo
Gracias Nedda por traer a Patricia a tu blog! abrazo a las dos. Grosas!
ResponderEliminarGracias a vos, Leo, por ser y estar.
EliminarMe tomo la atribución de responder por Nedda y te envío par de calurosos abrazos en nombre de las dos
Habrá qu cuidarse hasta de los números...
ResponderEliminarSaludo grandote!
Estamos en un mundo tan bello como peligroso, Lunita...
EliminarEscalofriante esa revolución de los números. Yo a veces creo que ellos nos persiguen, se repiten adrede en nuestra vida. ¡Uff!
ResponderEliminarUn abrazo, Patricia.
Yo también lo creo así, Sara. Es que estamos abusando de todo, algo acabará por revelarse...
EliminarOtro fuerte abrazo para vos